Tan vivo como la pasión política, el beisbol es mucho más que el deporte por antonomasia en Nicaragua. Como ningún otro, se ha adaptado a la psicología de nuestro pueblo que lo adoptó en la última década del siglo XIX, introducido por jóvenes de la elite social que estudiaban en Nueva York. Por tanto su inicio, contrariamente a lo que se ha supuesto o creído, data de mucho antes de la primera intervención militar estadounidense en septiembre de 1912. Es cierto que también se impuso o se acogió como principal actividad deportiva en países de la Cuenca del Caribe (Cuba, República Dominicana, Puerto Rico, Venezuela, Panamá y México, primer país latinoamericano visitado por un equipo de Grandes Ligas: los “White Sox” de Chicago en 1907), relacionados fuertemente con el Imperio del Norte. Pero no basta ese fenómeno para explicar su fascinación e impacto entre nosotros.
27 DE FEBRERO DEL 2004 / Denis Martínez anuncia academia de beisbol La Prensa / Wilder Pérez R
El ex big leaguer Denis Martínez presentó su proyecto “Beisnic”, una academia de beisbol que aglutinaría a los mejores talentos del país, para luego ofrecerlos a los equipos de las Grandes Ligas. El proyecto estima que dentro de cinco años habrá un centenar de nicaragüenses firmados para las Grandes Ligas. Juan Sebastián Chamorro dijo que le buscarán terreno a la academia en las afueras de Managua. Cuatro empresarios aportarán un capital inicial de 600 mil dólares. La idea es que Nicaragua tenga una academia de primera clase, con un estadio mediano, campos similares a los de las Grandes Ligas, escuela secundaria, gimnasios para física y prácticas de pitcheo y bateo y juegos nocturnos.
BEISBOL de Nicaragua nació en Blueffields, RAAS.
En el año de 1890 nació el beisbol en Nicaragua en el engramado bluefileño y dio fruto al deporte rey de Nicaragua.
En uno de los capítulos que enriquecieron las ediciones de El Nicaragüense, Pablo Antonio Cuadra argumentó nuestra preferencia por el beisbol, atribuyéndole a varias causas: un posible residuo cultural relacionado con el Norte prehispano del continente, el clima (menos agitado y tensional que el futbol, el beisbol exige menos gastos de calorías) y la tendencia individualista del “nica”. Como se sabe, éste es poco dado a trabajar en equipo, admira demasiado la hazaña personal y rinde “culto a la personalidad”. Realmente, existe una correlación entre el caudillismo político y el carisma lúdico de los grandes peloteros.
En su interpretación, PAC fue más allá al observar en los jugadores a un Ulises (que, según él, lleva todo “nica”) saliendo de casa (el “home” o jon), tras una carrera por el mundo –llena de dificultades sin cuento– y retornando a ella. “Cada vez que el héroe sale de casa, el nicaragüense siente repetirse su éxodo y tentación de aventura”. Pero resulta más convincente al sostener que el beisbol es “el juego más juego. Es una ficción, aunque esa ficción lo que juega y representa es una guerra; pero su metáfora es más inteligente o más poética”. Se corresponde, pues, con nuestra vigorosa imaginación creadora.
El Boxeo es el segundo deporte más importante de Nicaragua, y el futbol le sigue en orden de popularidad.
Por otra parte, mucho menos tenso y violento que el futbol, no está amenazado por una gigantesca Espada de Democles: el Tiempo, que limita a los otros deportes, sobre todo al futbol. En el beisbol, casi se prescinde de ella, tendiendo a ser atemporal y creando un espacio con mayor espectacularidad, magia y pureza. La duración de cada juego no es previsible. De hecho, uno de los partidos más largos de la historia beisbolera del mundo se realizó en el Estado General Somoza. Durante cinco horas y media y en veinte y seis episodios, el “Navarro Clubs” ganó 4 carreras x 3 al “Escuelas Internacionales” el 10 de julio de 1949.
Ya en 1956, al inicio de la Liga Profesional, el beisbol se convirtió en una novedosa “locura” colectiva que llamaría la atención de un humanista leonés: Mariano Fiallos Gil. Entonces, éste pergeñó un ensayo que debemos considerar pionero en la interpretación de nuestra pasión beisbolera, aunque contiene una peccata minuta (atribuir una frase de Marx al gestor de la Revolución rusa de Octubre): “Nuestro beisbol ha desterrado toda actividad, y adormecido todo otro deseo. Es –parodiando a Lenin– el opio del pueblo nicaragüense”. Y añadía: “Hemos de convenir que la fanaticada beisbolera exagera su pasión; que los obreros ya no se ocupan de sus sindicatos, ni los ciudadanos de sus derechos políticos ni los escolares de sus estudios; que los enamorados han de declararse en lenguaje beisbolero y que las comadronas, cuando creen que ya comienzan los movimientos del parto, han de proclamar con gesto altivo el ovacionado “pleybol” para que nazca pronto el chico”.
Fiallos Gil escribe beisbol sin el acento en la /e/, tal como lo pronunciamos y ya ha sido aceptado por la Asociación de Academias de la Lengua, de acuerdo con ponencia presentada por Francisco Arellano Oviedo; aunque el estrato menos “educado” comenzó a llamarlo “baibol” . Este resultaría el vehículo más afortunado para satisfacer los deseos del público y colmar la catarsis del zoon politicon de Aristóteles y del homo lupus de Hobbes. Me refería un ilustrado salvadoreño que en los años 50 un fanático (¿del “Cinco Estrellas”?) gritaba en el estadio: ¡Viva Tacho, el hijuep…”. Y los insultos entre las barras adversarias son carta corriente de desahogos.
El mismo Fiallos Gil destaca la superioridad armónica del beisbol en relación con los otros deportes y que en él no se diluye el jugador personal en la totalidad del equipo ni este se “traga” al jugador. “Todo lo contrario: le da oportunidad de lucirse bateando en la ofensiva y engarzando en la defensa. Al mismo tiempo, no se le desconecta de la responsabilidad del bien común y lo ejercita en la conciencia de integración en la cual sirve”. ¿Más que el fútbol? Para los europeos, seguramente no.
Pero algo es definitivo: en la agilidad, ingenio, imaginación y dinámica que le corresponde desplegar al manager participa el fanático, el público, más que en ningún otro deporte, como también en las protestas contra los fallos considerados injustos, lo cual permite mayor cantidad de catarsis.
En Nicaragua, la incidencia del beisbol en nuestra cultura amerita un libro. No en vano este deporte nos une a todos los “nicas”, independientemente de filiaciones políticas, credos religiosos, estratificaciones sociales y diferencias regionales (entre el Atlántico y el Pacífico, por ejemplo), habiendo creado un código de comunicación oral y único y gravitar fuertemente en la política, la producción literaria, la publicidad y el periodismo radial y televisivo.
PERSONAJES DEL ESTADIO NACIONAL
Y cómo no recordar a los personajes populares que pasaron por las graderías. La famosa Conchita Pravia con sus pasteles y su pelota de tenis donde le
pasaban los reales, “Tata Bucho” pregonando su maní tostado, Paco Ortega “maseando” a favor del Cinco Estrellas y El “Chele” Guerrero a los legendarios
Indios del Bóer, al “Burrito” Asunción Lezama esmerándose en el cuido del terreno, al “Panameño” que murió fulminado por una descarga eléctrica de una de las torres.
Los grandes narradores que destacaron como René “El Chelito” Cárdenas, Sucre Frech, Armando Proveedor, Orlando Sunsín, Felo Ramírez, Bock Canell, Sánchez Diago, Evelio Areas, Enrique “El Papi” Bolaños, Rafael “El Dinámico” Rubí, al popular anunciador Ramiro Arnoldo Solórzano (Fonguito) que se inició como tal en 1955, entre otros de la época grande de la locución que pasaron por las cabinas de trasmisión del coloso de concreto.
La presentación de grandes artistas del mundo musical como Leo Marini, la del Grupo Santana y Mario Moreno (Cantinflas) en 1973, casi al año de haber sido quebrado el Estadio por el terremoto del 23 de diciembre del 72, y las tomas de posesiones de los últimos tres presidentes de la República.
Esta síntesis constituye una serie de hechos acaecidos a lo largo de a existencia del Estadio, se pueden enumerar más y hasta escribirse un libro sobre esta instalación deportiva.
Quizás en un futuro las nuevas generaciones disfruten de un nuevo Estadio, mientras tanto continuemos disfrutando de los diferentes espectáculos que
disfruta nuestro pueblo, en esta histórica instalación deportiva donde se cantó por primera vez el play-ball un 20 de noviembre de 1948.
VARIOS NOMBRES
A sus 55 años de existencia el Estadio Nacional llamado primero General Somoza por construirse, durante la Administración Somoza García.
En 1979, con el triunfo de la revolución se llamó Rigoberto López Pérez y actualmente Denis Martínez es la instalación deportiva nacional que espera sea relevada, algún día y quedar como un testigo inerte y mudo de una serie de acontecimientos que registrarán las páginas de la historia del deporte nicaragüense.
8 DE DICIEMBRE DEL 2003 / Medina fácil selección La Prensa / Candidato al Salón de la Fama del deporte nicaragüense Gerald Hernández
Nadie espera que Julio Medina, el denominado mejor pelotero de la década de los ochenta, tenga dificultades para ingresar al Salón de la Fama del deporte nicaragüense. Medina fue una legítima estrella de nuestro beisbol y para muchos el mejor segunda base de todos los tiempos. El aguerrido pelotero leonés fue un pelotero líder de su época y construyó una sólida carrera tanto a nivel nacional con el León y el San Fernando, como internacional con el uniforme de Nicaragua.
LOS MÉRITOS
En los campeonatos nacionales, Medina estuvo involucrado en seis títulos de los felinos, que establecieron una dinastía en los años ochenta.
En el plano personal, el metropolitano capturó dos coronas de bateo. En 1982 terminó con 356 puntos y en 1985 con 347, además tuvo una hilera de ocho años consecutivos bateando sobre 300 entre 1988 y 1995. Medina es el único pelotero de la historia con una temporada de 100 anotadas y único camarero de 20 jonrones. Y es el bateador con la frecuencia ponchadora más baja de todos los tiempos, al abanicar una vez cada 31 turnos. Con la Selección jugó 12 años y ayudó a ganar el subcampeonato en el Mundial de 1990 en Canadá y la medalla de plata en los Juegos Panamericanos de Venezuela en 1983.
Sin ser un bateador de poder reconocido, Medina conectó varios jonrones imborrables, el más famoso de todos contra Japón en el Mundial de Cuba en 1984 para colaborar en el histórico triunfo de Julio Moya. También sacudió al eventual big leaguer Andy Benes, abriendo juego frente a Estados Unidos en los Panamericanos de Indianápolis en 1987.
10 DE MAYO DEL 2004 / La Prensa / Orlando Valenzuela
Herradora: Entre el sabor de la venganza y el dolor del olvido
Hace 32 años, durante el campeonato mundial de beisbol celebrado en agosto de 1972, en República Dominicana, el fiero desforrador de pelotas de la Selección Nacional de Cuba, Armando Capiró, cuando miró al diminuto pitcher nicaragüense Antonio Herradora antes del juego estelar entre las novenas de ambos países, le dijo: “¿Vos sos Antonio Herradora? Yo creo que sos el cargabate”.
“Ya le voy a demostrar quién soy yo”, le contestó ofendido Herradora. Y ya en el partido, en el primer encuentro cara a cara entre bateador y pitcher, el pinolero se lo ponchó. “Ése soy yo”, le dijo el nica. “¡Sí, tirás!”, le contestó el cubano, ya con respeto. Al final, el partido lo ganó Herradora 5 carreras a 4 y así Nicaragua alcanzó el segundo lugar del Campeonato Centroamericano y del Caribe de beisbol aficionado.
“Ese día lloré de emoción, más cuando me cubrieron con la Bandera Nacional y todo el público del estadio se puso de pie para aplaudirme a mí y a Nicaragua”.
De esta forma, Antonio Herradora lograba para Nicaragua una increíble victoria ante el casi invencible coloso cubano y vengaba personalmente una de las derrotas sufridas en 1968 en República Dominicana , y en 1971, en el mundial de La Habana, ante el mismo equipo.
Un año después de aquella hazaña vivió su Waterloo. Más de tres décadas después, aún le duele en el alma la derrota que sufrió ante Estados Unidos en 1973, cuando entró a relevar con las bases llenas, en el partido por el subcampeonato mundial, y dio cuatro bolas seguidas al bateador, para que los gringos ganaran con carrera de caballito. Después del campeonato nacional de ese año, una operación de hernia le puso fin a la vida deportiva de este gran pitcher nicaragüense.
Durante los seis años (1968-1973) que Antonio Herradora vistió el uniforme de la Selección Nacional de Beisbol de Nicaragua, jugó y ganó decenas de partidos contra los mejores seleccionados del mundo, dejando un valioso legado para las nuevas generaciones de deportistas.
Actualmente Herradora, de 58 años, vive en La Trinidad, municipio del departamento de Estelí. Hace siete meses fue operado de otra hernia. Está enfermo y sin empleo. Vive de la ayuda de algunos amigos, pero siente que las autoridades deportivas lo han abandonado.
24 DE NOVIEMBRE DEL 2003 / Cardoze en la historia La Prensa / Luis Eduardo Martínez M./
Norman Cardoze tiene un lugar en la historia de nuestro beisbol por su poder de destrucción como bateador, pero esta vez fue su poca promocionada
habilidad para robar bases la que lo metió nuevamente en el libro de los récords. Cardoze le estafó dos bases al receptor granadino Eddy Talavera, ayer en el juego que el San Fernando derrotó 4-0 a los Tiburones en Masaya, y de esta forma se convirtió en el séptimo artillero de todos los tiempos de nuestro beisbol con 1,000 hits, 100 jonrones y 100 robos en su expediente, uniéndose a un exclusivo club que encabeza el legendario Ernesto López.
“Esta hazaña se la dedico a William Ramírez (q.e.p.d.) y representa mucho en mi carrera deportiva.
EL CLUB
Bateadores de 1,000 hits, 100 jonrones y 100 robos de base:
NOMBRE HITS HR BR
Ernesto López 1680 319 107
Pablo Juárez 1500 138 104
Freddy García 1386 129 121
Juan Cabrera 1236 165 209
Apolinar Cruz 1202 156 120
Ramón Padilla 1176 213 166
Norman Cardoze 1099 158 100
Estadio Nacional de Nicaragua, se inauguró en 1948. / La Prensa / Julio César Miranda Aguilar
El pasado 20 de noviembre se cumplieron 55 años de haberse inaugurado el Estadio Nacional, con motivo de celebrarse en 1948 la Décima Serie Mundial de Beisbol Amateur. Según los antecedentes históricos escritos en la guía de prensa de la décima serie, el proyecto de la construcción se comenzó a organizar desde 1941, año en que la junta constructora del Estadio propuso posibles terrenos para realizar la obra, en primer lugar el sector de la loma conocida como Chico Pelón, después en los sectores de la ribera del lago se pretendió construir una ciudadela deportiva, pero dicho proyecto se suspendió por tener un alto costo, también se contemplaron los predios de la hacienda el retiro, pero la Junta de Beneficencia de Managua lo destinó para la construcción del Hospital General, finalmente en septiembre del 43, reciben instrucciones los ingenieros Roberto Lacayo Fiallos y Julio Cardenal, para proceder al estudio del proyecto de la construcción del gran Estadio Nacional en los terrenos de la antigua Penitenciaría. Entre otros detalles de la construcción se tenía contemplado un presupuesto inicial de un millón seiscientos mil córdobas, sin incluir urbanización ni piscina olímpica, tomando en cuenta que los precios de los materiales tendrían un costo especial, libre importación y su propio transporte. Finalmente la guía expresa que a groso modo puede estimarse, que el Estadio propiamente dicho y su campo de juegos, costará no menos de cuatro millones de córdobas.
GRANDES MOMENTOS
En sus 55 años de existir el Estadio Nacional, con características de multiusos, se han producido una serie de hechos relevantes en la disciplina del beisbol tales como:
el memorable juego de 26 entradas protagonizado un 10 de julio del 49,
por los equipos de Primera División Navarro Cubs y Escuela
Internacionales, el juego más largo en la historia de nuestro beisbol superior,
la llegada de las Estrellas de Orestes “Mini” Miñoso en 1956, y la inauguración
de la luces en 1957 con la visita de las Estrellas de Emilio Cabrera,
derrotadas por el gran lanzador costeño Mudell Mathews,
ese mismo año vinieron las Estrellas de Willie Mays.
Otro de los grandes momentos vividos en el “Coloso de Concreto”, fueron las
once temporadas de la recordada liga profesional donde
desfilaron una constelación de estrellas como el espectacular Marvin Throneberry,
George Scott, Bill Robinson (cuerpo técnico de los actuales campeones mundiales de
las grandes ligas Marlins de la Florida), Roberto Clemente,
Orlando “Peruchín” Cepeda, Willie Mays, Sandy Amorós,
Fergunson Jenkins (Salón de la Fama de las Grandes Ligas),
Lou Piniella, Bert Campanaris, Héctor López y
nuestras figuras nacionales, Rigo Mena, Duncan Campbell,
Willie Hooker, Alerton Martin, René “El Ñato” Paredes, Mudell Mathwes,
George Wehnmeyer, Gregorio “Goyito” López, Victorino “El Hechicero”
Castro, Octavio “El loquillo” Abea, Pastor Canales y Alejandro “El Orejón” López.
Otros eventos históricos son: las cuatro series mundiales amateurs
la del 48, 50, 72 y 94, en especial el grandiosos triunfo del 72
obtenido por Julio Juárez al blanquear 2×0 al poderoso equipo cubano.
EL TRIUNFO DEL “RATÓN”
Otras de las grandes páginas escritas en la historia del Estadio Nacional, acontecieron en el boxeo.
En 1968, Eduardo “El Ratón” Mojica se cubre de gloria derrotando al campeón mundial mosca Chartchai Chonoi (sin título en juego). Mojica brindó esa noche un recital de boxeo.
En 1977 se coronó campeón mundial Eddy Gazo, derrotando por decisión al argentino Miguel Ángel Castellini.
En 1966 el futbol se cubre de gloria al derrotar la Selección Nacional al famoso equipo argentino, Estudiantes de la Plata, dos goles a uno, anotando Salvador “La Chava” Dávila y Luis Goyez.
También nos visitaron los famosos equipos brasileños Flamingo y Corinthians.
Entre otros eventos famosos acontecidos en el Estadio se recuerdan, concursos caninos, ferias agro-industriales, primeras comuniones, Los trotamundos de Harlem, los “voluntarios” que se presentaron para pelear en 57, en la escaramuza conocida como Mokorón, según el diario Novedades de la época para formar el regimiento Cruta.
En 1967 se vivió la agresión y represión de la Guardia Nacional a un grupo de estudiantes universitarios representantes del CUN, dirigidos y liderados por Casimiro Sotelo.
10 DE NOVIEMBRE DEL 2003 / La Prensa / Tito Rondón
Jorgito Wehmeyer, un gigante de nuestro beisbol George Wehmeyer. O Jorge, a como se le llamaba en aquellos comienzos de la Liga Profesional. Nadie sabía que vivía tan cerca, pese a que Manuel Genet lo había publicado. Wehmeyer es a la vez probablemente el mejor segunda base en la historia de Nicaragua y un gran enigma… Digo el mejor, pues fue el primer jugador de campo nica en llegar a Triple A, y sus merecimientos durante nuestra pelota rentada, más los recuerdos de muchos, así lo indican. En 1947 es llamado a la Selección, y participa en la IX Serie Mundial en Cartagena, Colombia. Es el short en el famoso juego donde un error tempranero del antesalista de emergencia Juan Manuel “Jagüita” Vallecillo, permite dos carreras y Nicaragua deja escapar el título mundial al perder 4-3. Según Manuel, Wehmeyer confesó parte de su culpa en la debacle: “No realicé la asistencia”…
Wehmeyer dio de 37-9 para .243 de promedio. En 1948 fue uno de los pocos que se salvó del desastre (Nicaragua gano solamente un partido en la X Serie), al batear .300 (de 30-9), con un jonrón, seis anotadas y tres impulsadas. No estuvo en la XI Serie, en 1950. “Fui profesional de1951 a 1963”, me contó en aquella lejana entrevista. “Jugue en el Magallanes de Venezuela y en Cartagena, Colombia”.
En 1951 aparece jugando en el Tallahassee, de la liga clase D Alabama-Florida, un equipo sin afiliación con las Mayores. Hasta donde se sabe, fue líder en robos con 41; las estadísticas no se dan como oficiales, pues se perdieron 55 box scores (parte del enigma). Bateó .335 en 95 juegos y 436 turnos, con 14 dobles, cinco triples y tres cuadrangulares; anoto 107 veces y empujó a 50.
Para 1956 está en doble A, en la Liga de Texas, con el Oklahoma City (sucursal del Boston). En 108 partidos y 418 turnos, bateó .246, con 15 tubeyes, tres triples y cuatro jonrones. Anotó 51 carreras e impulsó 34, y se robó 10 bases en once intentos. Por eso no estuvo en la Profesional (en la invernal de
1955-1956 había jugado con el Kola Román de Colombia).
Para la liga de 1957 se reporta al Bóer, que termina segundo del León. En 46 juegos batea 195 ocasiones con .272 de promedio, 15 dobles y dos batazos de cuatro esquinas, 27 anotadas y 22 empujadas, y cuatro estafas. Por supuesto participa en la primera invernal (Tercera Liga), siempre con los Indios, donde se destapa con .310 en 52 juegos (de 213-66) con 11 dobletes y dos jonrones, 35 anotadas y 22 empujadas, y cinco robos. Va a la Liga de Texas, doble A, con el Corpus Christi, sucursal de los Gigantes, participando en once juegos con .143 de promedio.
En 1958-1959 hace llave de doble play con Ronnie Hansen en el Bóer, una de las mejores combinaciones en nuestra historia, y batea .267 (de 202-54) con seis tubeyes y un triple. Anota 26, empuja 17, roba tres bases. De paso, era un gran tocador de bola, y abanicaba menos de 10 veces por temporada en
Nicaragua.
En 1959 juega un par de partidos con los Marlins de Miami, de la Liga Internacional triple A, bajo el manager Pepper Martin. En 1959-1969 no hay liga en Nicaragua, y se despide en la combinada con Panamá participando siempre con el Bóer; batea .289 (de 97-24) con 14 anotaciones.
Es un récord incompleto, donde se pierde el rastro en varias ocasiones. No tuve tiempo de preguntarle sobre todo su historial y despejar los enigmas. Pero si me aseguró que el mejor lanzador que había enfrentado había sido Milt Pappas, y que los mejores lanzadores nicas que vio fueron el zurdo Francisco
Dávila, José Angel “Chino” Meléndez, Alfredo “Chiquirín” García y los costeños Neil Brautigham y, por supuesto, Timothy Mena. Todos grandes, a como grande era el pequeñito George “Jorge” Wehmeyer
3 DE FEBRERO DEL 2004 / La Prensa ./ Edgard Tijerino M.
Vicente Padilla ganará un jugoso salario de 2.6 millones este 2004. un dos veces ganador de 14 juegos, has asegurado un contrato, que una vez pagados los impuestos y gastos del representante, puede dejarte libre un millón 460 mil dólares. La disciplina y la perseverancia, producen el genio. Está en posibilidad de trabajar unos 225 innings y aproximarse más al 3.00 en carreras limpias, superando los promedios de 3.28 y 3.62 registrados en el 2002 y el 2003. Más dominante, su control puede permitirle una relación de 50 bases por bolas y 160 ponches, es decir 27 más que los 133 del año pasado.
20 DE ENERO DEL 2004 / La Prensa / Beisbol / Gerald Hernández
Únicamente tres peloteros en la historia moderna (1970-actualidad) de nuestra beisbol han terminado sus carreras con más o igual cantidad de robos que ponches. Sandy Moreno pretende ser el cuarto hombre en la lista, pero por el momento está ligeramente atrás:
NOMBRE ROBOS PONCHES:
Gersán Jarquín 122 77,
Julio Medina 176 154,
César Jarquín 149 149,
Sandy Moreno 450 454.
Batalla en dobles
Nemesio Porras y Ariel “Panal” Delgado, están protagonizando una feroz batalla por el liderato de dobletes de todos los tiempos.
Estos son los cinco mejores en este departamento:
NOMBRE DOBLES
Nemesio Porras 278 ,
Ariel Delgado 277,
Pablo Juárez 255,
Próspero González 254,
Ernesto López 242 .
Ariel “Panal” Delgado una vez más entró en la historia de nuestro Beisbol de Primera División, y como siempre convertido en el símbolo del deporte rey, ahora imponiendo una nueva marca de carreras empujadas con 1,094, dejando atrás las 1,093 del “Tiburón Mayor” Ernesto López.
3 DE FEBRERO DEL 2004 / La Prensa / Gerald Hernández
Con su próximo imparable, el perdurable artillero leonés Ariel Delgado, será el primero en abrir las puertas de los bateadores de 1,800 hits de nuestro beisbol, sin contar a Ernesto López, quien terminó su carrera con 1,780 cañonazos aún sin incluir los desaparecidos de la temporada de 1973. Freddy Corea el espigado tirador norteño es apenas el cuarto lanzador en la era moderna de la madera (1999-actualidad) con temporadas consecutivas de ocho o más victorias, uniéndose a Diego Sandino, Francisco Rayo y Jairo Pineda.
23 DE FEBRERO DEL 2004 / gerald Hernández / La Prensa
Nemesio Porras con 19 años seguidos sobre 300 puntos / El señor consistencia
Con bate de aluminio o madera, frente a lanzadores nacionales o importados. Ante tiradores zurdos o derechos, de día o de noche. Nemesio Porras ha probado ser un bateador de 300 puntos en todos los terrenos.
Todo comenzó justamente en el año que hizo su debut con el Bóer: 1985, después que en su primera temporada finalizó con .248 con los desaparecidos Industriales de la Coip. “Es algo especial para mí batear 300 todos los años. Pienso que si hay algo difícil de superar en nuestro beisbol es esa cantidad de años consecutivos pasando esa barrera, y a la vez me motiva a continuar. Ya veremos si logro llegar a 20 el próximo año”, opina Porras.
Durante la racha, el líder de la tribu ha conquistado seis título de bateo, entre ellos cuatro consecutivos entre 1991 y 1994.
Precisamente en 1991 tuvo la primera de tres campañas sucesivas sobre 400 puntos. En total, registra cinco años por encima de esa cifra, lo que le ha servido para tener el mejor promedio de por vida en la pelota nicaragüense, 356.
Pese a esos astronómicos porcentajes, el mayor orgullo de Porras son sus cuatro títulos de carreras empujadas.
“A mi parecer, la producción es lo que verdaderamente determina al buen jugador. Es el departamento más importante del juego”, asegura Nemesio, quien parece saber de lo que habla, pues esta temporada se convirtió en apenas el cuarto bateador del beisbol nacional que llega a mil carreras impulsadas, uniéndose a Ariel Delgado, Ernesto López y Próspero González.
Las estadísticas reflejan que en 1990 bateó 307 y en 1997 finalizó con 309. La diferencia con respecto a este año, en el cual registró 311 puntos, es que ahora inició muy bien y abruptamente se vino a pique, hasta caer a un promedio “alarmante” de 270.
“He tenido varios años duros. En éste, pienso que el problema fue que perdí consistencia, de por lo menos dar un hit en cada juego y caí de 400 puntos hasta 270. Eso nunca me había pasado”, confiesa.
Hasta los grandes bateadores no pueden darse el lujo de subestimar o confiarse, como lo explica Porras: “Me sentía confiado. En ese momento (cuando estaba en 400) me sentía bien y comencé a inventar otro tipo de estrategia para tratar de pegarle más fuerte a la pelota. Y al perderme, luego me costó reencontrarme con la estrategia que me dio éxito en el inicio. Creo que en el momento que nos eliminan, yo iba para arriba”.
5 DE DICIEMBRE DEL 2003 / Beisbol / Gerald Hernández / La Prensa
Hiteadores Con su siguiente hit, Marlon Abea se separará de Genaro Llanes para pasar a convertirse en el receptor con más imparables en la historia moderna de nuestro beisbol. Gracias a su larga y sólida carrera iniciada desde que era un adolescente, Abea posee la mayoría de récords ofensivos significativos entre los enmascarados, como los de jonrones (109), dobles (202), total de extrabases (331), anotadas (597) y remolques (664).
All Star de hiteadores:
POS NOMBRE HITS
C Marlon Abea * 1.084
Genaro Llanes 1.084
1B Nemesio Porras * 1.692
2B Julio Medina 1.538
SS Arnoldo Muñoz 1.320
3B Ariel Delgado * 1.771
OF Ernesto López 1.680
OF Freddy García 1.386
OF Álvaro Muñoz 1.315
BD Pablo Juárez 1.500
* Jugadores activos
Real Estelí disfrutaba junto a su afición con mucha euforia su tercer título consecutivo conseguido ante los aguerridos Caciques del Diriangén, esta vez en el Torneo Clausura luego de un empate a cero,