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Mapas de Managua
Parque Japón Nicaragua
Proyecto Aeropuerto Punta Huete


 

     Después de una labor documental en Bibliotecas y archivos partículares, he venido formando este libro que trata del CENTENARIO DE MANAGUA, empezando del año de 1846 en que fué elevada esta Villa al rango de Ciudad, por acuerdo de la Asamblea Legislativa hasta nuestros días. Me hé dedicado a relatar solamente los hechos más trascendentales en ese período de cien años de vida ciudadana, ocurridos por el designio de la Naturaleza o por la mano progresista del hombre.

Hé omitido sucesos triviales y detalles de contiendas fraticídas, porque sería muy prolijo y necesitaría un grueso volumen que no me siento en capacidad económica del editar; además, eso queda para el historiador cuyo postulado yo no aspiro alcanzar. 

Este libro es únicamente una ofrenda de cariño por la ciudad donde nací, en ocasión de su centenario; es el obsequio del hijo para la madre que cumple años; 
 

es el deseo filial y sincero porque Managua, la bella ondina del Xolotlán, sigan en esa senda de prosperidad por la que hoy camina hacia un porvenir mejor
Monumentos, Fuentes y Murales de Managua, Nicaragua
 

He palpado sus dolores y quebrantos. Pareciera que Managua tenía una lengua de metal para llorar y lamentarse cuando su alma estaba abatida por la desgracia. Y esa lengua existía en las inolvidables campanitas del

Viejo Cementerio de San Pedro. 

Yo las oigo todavía, a través del tiempo, repicar y doblar con aquel monocorde hondamente triste, lánguido, doloroso, emocionante, como sólo ellas podían hacerlo, ya que quizá no habrían otras en el mundo. Veo aún al viejo campanero Salvador Ocampo (Chaschás) tirar de las cuerdas de las campanitas. 

 

!Que dolorosa nota darían al derrumbarse en áquella mañana trágica del 31 de marzo, cuando se moría Managua en los estertores de una horrorosa tragedia

Terremotos de Managua

Managua ha sido también heróica con Andrés Castro, en San Jacinto; madre de un virtuoso sacerdote de gratas remembranzas: el Padre Julián García; y de un apóstol de la enseñanza: el Maestro Gabriel Morales. Dió a la Patria Presidentes progresistas: José Santos Zelaya y Carlos Solórzano.

 

Poetas de cerebro y médula: Francisco Zamora, Salvador Ruíz Morales, Ramón Saénz Morales, José T. Olivares. Y un compositor de fama mundial: Luis A. Delgadillo.

 

Médicos insignes, humildes y lilántropos: Jesús García y Cleto Cajina, perdido el primero en la oscuridad de su razón, y cuando Managua gozaba de su ciencia y de su filantropía. Managua ha dado al mundo artístas, industriales y filántropos como Zacarías Guerra, Antonio Silva y otros.

 

El espíritu de Managua es polifacético, quizá por su cosmopolitísmo de última hora: es gentil, magnánimo, bullanguero, emprendedor, tenaz, cuerdo, loco, ríe, llora, sufre, goza y no se preocupa del día de mañana, ni le importa lo que sobrevendra. Vive la hora del momento.

 

 

En el escudo de Managua, como un blasón de honor, deben grabarse los nombres de sus hijos que en distintos órdenes de la vida se esforzaron por su bienanza y prosperidad. unos en elevada posición social y otros en un plano de humildad, viven en la conciencia de Managua, Todos han pasado a la vida del recuerdo, y la Historia les tiene señalado su lugar.
 

ACUERDO DE RECONOCIMIENTO DEL ESCUDO DE LA CIUDAD DE MANAGUAEl Presidente de la República, CONSIDERANDO: que es deber de cultura rememorar hechos pasados que prestigían la historia de ésta Capital; CONSIDERANDO: Que Managua era la población precolombina mas importante del país, como se comprueba por el dato histórico de que poseía 40,000 habitantes, 10,000 de los cuales éran arqueros u honderos, por lo que mereció que los conquistadores españoles la llamasen la Ciudad de Nicaragua por autonomasia, bautizándola con el nombre de Santiago de Managua cuya importancia decayó por efectos de la conquista, habiendo obtenido en las postrimerías del período colonial y por su probada adhesión a la Corona que S.M. el Rey don Fernando VII le otorgase el título de Villa, con el dictado de Leal, en Cédula de 24 de Marzo de 1819; Considerando: Que el cronista español Fray Gil González dió a conocer el blasón heráldico de Managua en el Siglo XVIII, consistente en un escudo en cuyo campo luce un león campante que tiene en su garra izquierda posada en un globo en flanco diestro, surmontado El Escudo por una corona.

ACUERDA
Unico: Tiénese como emblema heráldico de la Ciudad de Managua el Escudo de Armas colonial, descrito arriba, pudiéndose usar con fines de ornato y de reconocimiento local.Comuníquese: Palacio del Ejecutivo – Managua, D.N. 11 de Julio de 1944 – El Presidente de la república. Anastasio Somoza – El Ministro del Distrito Nacional, Andrés Murillo.

ANTIGUEDAD DE MANAGUA

 


Las huellas de Acahualinca 

Managua, ciudad indígena, cuya existencia data de tiempos inmemoriables a juzgar por los objetos arqueológicos encontrados en diversas excavaciones, así como por las huellas de pies humanos estampados en las piedras que pueden observarse al Occidente del Cementerio General, perteneció en la época aborigen, al señorío de Tepetlápan (Tipitapa), río de los petates de piedra, y se extendía al Occidente de Tipitapa, formando una toldería de más de tres leguas de extensión. El origen de su nombre parece ser de procedencia nahualt, del término Manahuac, que signiifica «rodeado de estanques» o «rodeado de pesca» y que se descompone así: Ma, estanque o pesca; y nahuac, rodeado de,

Hacia el año de 1880, el Gobierno envió al Museo Etnológico de Leipzig dos piedras en que estaban grabadas huellas de pies humanos que se encontraron en excavaciones hechas por ese tiempo al Occidente de la ciudad cerca del Lago y se creyó entonces que pertenecían a la época cuaternaria. Recientemente la institució Carnegie y la Universidad de Harvard, han enviado arqueologos  y vulcanólogos para hacer investigaciones en el terreno de tales huellas de las cuales encontrarón unas que van hacia el N.O., buscando altura, paralelamente al lago, y las otras, menos profundas en dirección opuesta.

Tales huellas son de hombres, mujeres y animales, siendo de notar que entre la de éstos, las hay de nutrias y de bisontes (15″x 17″). La conclusión a que ha llegado es que hace unos 2,000 años, la erupción del volcán Tiscapa arrojó primero cenizas hacia el N.O., de Managua y después lodo frío y arena, sustancias que al conglutinarse formaron la piedra en que en que están aquellas grabadas. Las primeras huellas, pues corresponden a la huida y las segundas al regreso de los habitantes, después de la erupción. Se calcula que la  población de ese tiempo era de 200 personas. No tenían agricultura, ni cerámica, ni tejidos, y vivian de la caza y de la pesca.

Don Diocleciano Chávez, nuestro recordado taxidermista, director que fué por mucho tiempo del Museo Nacional, ya había sentado la hipótesis de la erupción del volcán Tiscapa en relación con las citadas huellas.  (Véanse los apuntes de la monografía por el también recordado ciudadano don Félix Pedro Largaespada, de muy grata memoria)

.NOTAS DE LA EPOCA COLONIAL

Por lo mismo que no tuvo la importancia de Granada, León, Realejo y Segovia, poco se menciona en las narraciones de los historiadores, Juárroz para el caso, al hablar de los curatos cita el de Managua que contaba con 6,169 feligreses, incluyendo Mateare su anexo; y Morel de Santa Cruz que dice que el poblado tenía 9 casas de teja y 900 pajizas por el año 1751, época en que los vecinos contribuían al diezmo con 218 pesos y cinco reales. También se hicieron referencias a la belleza del paraje en que estaba la ciudad.

El Intendente y Capitán General Diego de Artieda y Chirinos mandó donar al vecindario de Managua en el año de 1759 el sitio de Chapoltepec, compuesta de 849 caballerías, para la formación de potreros «donde pudiesen apacentar sus yeguas».
A pesar de la belleza de su topografía, no atrajo la atención de los conquistadores, estilo Hernández de Córdoba, Pedrarias Dávila, Salcedo etc. sin embargo, cuarenta crónicas que el reverendo Padre Bobadilla quemó en 1529 en la Plaza de Managua los documentos de los indígenas (mapas, pinturas religiosas e históricas, calendarios, etc), por considerarlos producciones diabólicas.

PARCIALIDADES QUE COMPONIAN LA POBLACION POR EL AÑO 1750

Según acta hecha en la Ciudad de León, cabecera de la entonces Provincia de Nicaragua, por el Sr. Licenciado don Antonio de Navia Bolaños, del Consejo de su Majestad, Oidor de la Real Audiencia de Santiago de Guatemala, Visitador General de estas Provincias y Reales Cajas, Gobernador y teniente de Capitán General, la población se componía de las parcialidades nombradas:

TELPANECAT      JICOAGALPA      CALPANZINTI       MAZAGALPA      GOZANIGALPA ó  COZACAZINTI         GOATEPET
La posición geográfica de estas parcialidades se conoce en parte por tradición que conserva el Capitán don Bernardo J. Galo, así;

Mazagalpa es hoy Santo Domingo
Goatepet o Cuastepe, es hoy Barrio Candelaria
Telpaneca o Pueblo Grande, es la zona del Hospital, Banco y Campo de Marte.
En este barrio se establecieron los nativos obligados por los colonizadores españoles que ocuparon Mazagalpa y Cuatepe.
A principios del Siglo XIX, las autoridades principales de Managua reclamaron ante el Gobierno de la Provincia para que no se les aumentara el tributo por la pobreza en que se hallaban los vecinos a causa de las malas cosechas. En 1802 la escasez del maíz los había obligado a vener cuanto poseían para mantener a su familia.

En ese año murieron 25 tributarios antes de pagar el impuesto, y como no dejaron bienes para ello, el Alcalde tuvo que vender su casa y otros intereses que poseía para pagar por aquellos. Los indios alegaban no poder cubrir la nueva cuota con el aumento decretado por la audiencia; pero como se les exigía gubernativamente el pago de tales cargos, huían a las montañas dispuestos a abandonar el pueblo, y a establecerse donde no les alcanzara el rigor de los empleados fiscales.

Por ese tiempo el producto de la venta de tabaco era un poco más de 1,000 pesos; mientras en León y en Granada era de 4,000, en Rivas de 3,000, y  2,000 en Masaya.

Tres estancos de aguardiente había en Managua, mientras León contaba con 13 y Granada con 9.

La industria de añil se explotaba en Managua, como en otros lugares de Centroamérica, y se cuenta que un cura de este pueblo, Alejandro Antonio de la Secada, sugirió a la Capitania General, el año de 1798, en memorial de 24 de Septiembre que publicó La Gaceta de Guatemala; la conveniencia de hacer hornos especiales para quemar la hierba de los benficios a fin de evitar la plaga de las moscas, originada por la maceracióndel jiquilite. La iniciativa fu;e acogida por las autoridades del reino, de modo que el sistema se generalizó, con los mejores resultados.

Continuando los tópicos históricos relativos a Managua, consignamos que por el año de 1811 en que ya la Villa contaba con 2 curas, éstos contribuían al mantenimiento del Seminario San Ramón de León con 24 pesos.

Seguramente por lo mismo que vivía sumida en su tranquila vida aldeana, no tomó parte en los alzamientos de 1811 y 1812 ocurridos en León y Granada, y más bien, encabezada por el cura Pbro. Policarpio Irigoyen, se mantuvo fiel a la causa del Rey de España, actitud que le valió para que el Obispo Sr. Garciá Jeérz, a la sazón Intendente de la Provincia, permitiése la organización de un Ayuntamiento, y gestionáse ante el Rey para obtener a favor de ella el Título de Villa, que se consiguió por fin, según real cédula de 24 de Marzo de 1819 con el distintivo de Muy Leal Villa, al mismo tiempo que se le condecía a San Fernando de Masaya el título de Villa.
HIDROGRAFIA

De la zona propiamente destinada a la siembra de granos, plátanos y frutales, el Valle de Ticuantepe y las sierras adyacentes son de mayor fertilidad, así como la hoyada de Ticomo. En Ticuantepe y Esquipulas los terrenos están en extremo divididos: no hay allí grandes terratenientes. Se trata de pequeños propietarios y, por lo mismo, las parcelas que poseen están totalmente cultivadas. A ello se debe sin duda que esta parte del Departamento constituya uno de los principales centros de abastecimiento de la ciudad Capital.

La distibución hidrográfica es la siguiente:

El Lago de Managua, antiguo Xolotlán, de 38 millas de largo por 16 en su parte más ancha, afecta la forma de un número ocho cuya cintura la forma la Punta Paramí al N. y la de Chiltepe al Sur. Su profundidad varía entre 5 y 20 metros.

Desde cerca de San Rafael del Norte desciende, para llegarle por la parte septentrional el Río Viejo. También recibe por el Norte los ríos San Roque y Acicaya y por la ribera Meridional entre Managua y Tipitapa, hay varios pequeños ríos que se han utilizado en la irrigación e las haciendas ganaderas de esa zona. En cambio, el río de Tipitapa le sirve de desague dirigiéndose al Gran Lago de Nicaragua que se halla a 29 pies más bajo que el Xolotlán.

La vertiente del Pacífico lleva los Ríos Tolapa, Masachapa, Cuisalá, Zapote, San Martín y San Joaquín.

Por el lado de la Sierra, además de algunos como el del Galo, el de Ocote y otros, es digno de mencionarse el río de Las Nubes que nace en la Hacienda de ese nombre entre enormes paredones para cruzar la cordillera de Sur Oeste a N. E. y cuyas aguas van a abastecer al vecindario de Masaya mediante el esfuerzo de la Empresa Aguadora de dicha ciudad.

La zona cafetalera cuenta con pocas fuentes de agua. Las Haciendas se abastecen en lo general por medio de pilas y algibes, donde se recogen de las lluvias, de modo que si estas son escasas, sus habitantes sufren grandemente con la sequía.

LAGUNAS

Rodean la ciudad de Managua las siguientes lagunas:
por el Sur:

Tiscapa,  Loma de Tiscapa, su lecho es profundo y son frecuentes las muertes que ocurren en sus aguas debido a la temeridad o inexperiencia de los bañistas.

Nejapa, al S.O. a 5 Kms. de distancia, con aguas sulfurosas medicinales, de cuyo limo se fabrica el jabón que lleva su nombre

Asososca, al Occidente a 3 Kms, también de lecho profundo como Tiscapa, la oquedad en que se halla se puede admirar desde la altura del paseo de Las Piedrecitas. Su agua es potable y sirve para abastecer a la ciudad y a las comarcas circunvecinas.

Jiloá, al N.O. de la Capital, sobre lecho de alumbre

Apoyeca, cerca de Chiltepe rodeada de precipicios que la hacen de dificil acceso.

TERRENOS Y PRODUCTOS

Los del Norte del Lago, son sonsocuitosos y poseen todavía leña y maderas en general. Están cubiertos de haciendas de ganado valiosas.

Al Sur del Lago, terrenos de aluvión, tienen potreros, haciendas de ganado (de humedad entre la Capital y Tipitapa) y huertas. Las maderas escasean en ésta región.En los Valles de Ticomo, Santo Domingo, Esquipulas, y Ticuantepe, tierras sueltas, feraces, propias para el cultivo de granos, caña de azúcar y árboles frutales.

En la Región Montañosa, terrenos humíferos en que se poroduce la caña de azúcar.

Hacia el S. O. del Lago hay minas de piedra de gradilla. En las proximidades de la ciudad hacia el Occidente y al S.O., de cantera.

En Jiloá yacimientos de alumbre. El cerro de las Pierecitas.

En san Rafael del Sur y El Carmen terrenos calizos (de la mejor calidad) y se asegura además que existen yacimientos petrolíferos, lo mismo que al Norte del Lago, según el aspecto de algunas piedras que se han encontrado cerca de San Francisco del Carnicero.

VALOR DE LOS TERRENOS

La creciente demanda de los predios urbanos después del terremoto de 1931, ha dado lugar a que el valor de éstos haya subido en una proporción elevadísima, de veinte veces más en las barriadas, y de diez más o menos en la central.

En cuanto a la parte rural el alza de precio de los terrenos es también alta. Se nota una nueva tendencia a volver los ojos al campo con la convicción de que es la tierra la que ha de responder a las necesidades del hombre, siempre que se la cultive y cuide con esmero; porque la verdad es que las tierras próximas a la ciudad se han convertido en potreros o en fincas de ganado en las cuales hay silos que dan abasto para el mantenimiento de los animales. El cultivo de granos se hace en pequeña escala; lo que más atención ha merecido es la caña de azúcar, el ajonjolí y el arroz; también el plátano, porque en Managua se estima mucho más el platano que el pan y la tortilla, lo contrario que ocurre en León y en otros departamentos, donde es la tortilla el bastimento que sustituye al pan. Los árboles frutales están mereciendo actualmente la atención de los cultivadores por la creciente demanda que hay de ellos.

Esta circunstancia explica el también creciente precio de los terrenos de agricultura.

LUGARES HISTÓRICOSEl sitio en que está el Palacio Nacional, donde existió una casona de alto, de corredores a la calle y de piso de cerca de dos varas sobre el nivel de aquella, residencia primero de los curas, fué ocupada por los filiibusteros, quienes la dealojaron al tener noticias de la proximidad de las fuerzas aliadas.

Allí celebró el General Martínez el 24 de Septiembre de 1856 el triunfo de San Jacinto.
Ellos son nuestros héroes managuenses del pasado:

 

 Pbro. Julián García
Maestro Gabriel Morales
Doctor Cleto Cajina
Doctor Jesús García
General José Santos Zelaya
Doctor Serapio Orozco
General Aurelio Estrada
Coronel don José Dolores Estrada
don Félix Pedro Largaespada
don Faustino Martínez
don Luis López
don Deoclesiano Chávez
don Benjamín Ortega D.
don Chico Bermúdez
don Juan Manuel Doña
don José Angel Robleto
don Zacarias Guerra
don Antonio Silva
don Marcial Solís
don Perfecto de Trinidad
don Juan de Dios Matus
don Carlos Solórzano
Samuel Portocarrero

Muchos extranjeros honorables quisieron a Managua como a su propia ciudad natal. Aquí formaron su hogar y aquí murieron, casi todos, y cada uno de ellos dió su aporte en pro de la localidad. Recordamos a los siguientes:

 

don Enrique Gottel
don Fabio Carnevalini
don Enrique Bernard
Mr. Ronfaut
don Victor Lesage
don Julio Wiest
don Pablo Grommeyer
don Constantino Stefen
don Julio Balcke
don Francisco Bunge
don Pablo Adam
don Alejandro Lazarenko
don Adolfo Handler
don Juan Halftermeyer
don Alberto Peter
don Otto Miller
don Daniel Frixione
don Alejandro Remotti
don Pablo Giusto
don Carlos E. Nicol
doctor David Campari
doctor Fidel Nóbil
don Luis Lairac
don Napoleón Re
don  Enrique Low
don Federico K. Morris
don Antonio Belli
don Antonio Vechioni
doctor Gustavo C. Lembke
don Vicente Rodríguez
don Damián Nogués y Taulet
don Angel Caligaris
doctor José Leonard
doctor José María Izaguirre
don Desidero Fajardo Ortíz
don Pedro C. Salcedo
don Juan T. Aguirre
don Juan F. Aguirre
don Indalecio Hernández
don Alfredo Cousin
don Eduardo Kattengell
don Fernando Kattengell
don Tomás Wheelock
don Carlos Wheelock
don Juan Hactasch
don Hermann Munkel

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